PARROQUIA DE NTRA. SRA. DE LA ASUNCIÓN

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“Para los amantes del Renacimiento y el Barroco, la decoración exuberante, los retablos dorados y las imágenes de gran calidad artística esta iglesia hará las delicias de los paladares artísticos más exquisitos”.

Levantada en el siglo XVI durante el Renacimiento, las trazas de la iglesia muestran las características de la arquitectura renacentista. Se trata de un gran templo de tres naves, siendo la central más alta y ancha que las laterales. El núcleo original de la iglesia es del siglo XVI aunque se irán añadiendo nuevas capillas, sobre todo en el siglo XVIII.

El templo tiene dos portadas muy diferentes. Por un lado, la principal aparece estructurada en dos cuerpos y coronada por un frontón partido con una hornacina donde hay una imagen de la Inmaculada Concepción. Lo más interesante de la portada es que todavía conserva restos de la policromía original en tonos ocres que debió tener. Por otro lado, la segunda portada tiene un pórtico donde podemos observar un primitivo reloj de sol.

La elegancia de la torre

La torre campanario de la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción se levanta orgullosa hacia la Plaza de la Constitución. Arquitectónicamente está dividida en tres cuerpos bien diferenciados. El primer tramo está confeccionado en ladrillo. El segundo alberga el cuerpo de campanas, siendo el más interesante de todos por ser obra del arquitecto cordobés Hernán Ruiz II y ejemplo soberbio de arquitectura renacentista en la provincia de Córdoba. El tercer tramo, que sirve de coronamiento, es un añadido del siglo XVIII tras la destrucción ocasionada por el terremoto de Lisboa de 1755. En las alturas podemos observar tondos (esculturas en relieve con forma circular) decorados con roleos que representan a los Apóstoles (San Andrés, San Bartolomé, etc.)

Nos trasladamos al interior.

Al interior se percibe la estructura de tres naves y mientras que la nave central está cubierta con bóveda de cañón con lunetos, las laterales tienen bóvedas de arista. El crucero también es obra de Hernán Ruiz II. El retablo mayor es una obra de mediados del XVII de Pedro Freire Ladrón de Guevara. Como curiosidad, este retablo costó la ingente cantidad de 2.800 ducados. ¡Un verdadero dineral para la época! Por ello está considerado el mejor retablo de su época de toda la provincia de Córdoba.

Tiene una estructura clásica dividida en banco, dos cuerpos y ático. Tiene varias esculturas entre las que destacan San Pedro y San Pablo, San Miguel y el Ángel de la Guarda. A los lados del Sagrario aparecen los profetas Habacuc e Isaías.

De destacar son los bajorrelieves de los pedestales que representan con gran calidad artística escenas de la Pasión: La Oración en el Huerto y la Santa Cena. En la hornacina central encontramos la figura de San Acacio (una talla moderna puesto que la anterior fue destruida en la Guerra Civil), patrono de Montemayor. Se representa con un soldado con armadura del siglo XVI y cuya lanza de plata aparece firmada por el famoso platero Damián de Castro.

En el centro del cuerpo superior aparece la titular de la iglesia: la Asunción de la Virgen (que representa al momento en que la Virgen es elevada a los cielos por los ángeles). Aparece escoltada, en cada uno de los laterales, por los patronos de Córdoba: San Acisclo y Santa Victoria. En las cornisas curvadas superiores aparecen las figuras de la Fe y la Esperanza. Todo el conjunto aparece coronado por la figura del Padre Eterno.

Observa bien a tu alrededor

¿Sabías que el Renacimiento supo un redescubrimiento del arte clásico, sobre todo el romano, ya que muchos de los arquitectos, pintores y escultores viajaban a Italia para estudiarlo y conocerlo de primera mano? Este renacer de lo clásico hizo que algunos arquitectos utilizaran restos de construcciones antiguas en los edificios que estaban construyendo.

En la Parroquia se utilizaron unas enormes columnas romanas que separan las naves, algunas incompletas. Se trata de materiales de acarreo de época romana. En la base de la torre de la iglesia el arquitecto usó piedras de molino romanas que fueron también aprovechadas para su construcción.

No te vayas sin ver.

La capilla de los Duques de Frías es una verdadera joya dentro de la iglesia. Se encuentra en la zona izquierda del crucero y fue realizada por Gaspar Lorenzo de los Cobos hacia 1730. El retablo es una obra barroca que consta de pequeño banco y un solo cuerpo con una hornacina abocinada, flanqueada por dos estípites y rematado por el Escudo Ducal de Frías.

En el retablo de madera hay dos obras de arte excepcionales. Por un lado la escultura de la Virgen de Gracia, una figura de porcelana policromada que fue traída de Italia en el siglo XVIII por los Duques de Frías. La estética del Rococó se muestra tanto en la elegancia y finura de la Virgen como en la compleja indumentaria en azules y rosas con toques dorados de la Virgen, que aparece apoyada sobre una peana de querubines. Por otra parte, el óleo que corona el conjunto que representa a la Virgen con el niño, que es copia de una obra flamenca del siglo XVI conservada en el Castillo Ducal.

El retablo dorado aparece envuelto en una estructura de yeso de estética rococó decorada con motivos vegetales, roleos, ángeles, etc. En las calles laterales del retablo hay varias pinturas: San Benito y San Bernardo (parte inferior) y San Jerónimo y San Francisco de Asís (parte superior). Aunque no aparecen firmadas, por su estilo podrían corresponderse con obras del pintor Leonardo Enríquez de Navarra.

La Capilla de la Inmaculada.

En el lado del Evangelio encontramos la Capilla de la Inmaculada construida por los señores Osorio, administradores de los duques de Frías. Se trata de una de las capillas más bellas del templo. Tiene planta cuadrada con linterna y está presidida por un retablo del siglo XVIII cuyas pilastras aparecen decoradas por ángeles que portan símbolos de la letanía mariana (la luna, el sol, la escalera, el espejo, la torre, etc.). La talla de la Inmaculada es de gran calidad artística siendo una atribución a Bernardo de Mora (1698).

Al interior de la capilla de la Inmaculada Concepción se encuentra el Museo de la Plata, el cual exhibe una excelente colección de orfebrería. Se trata de un abundante ajuar litúrgico formado por piezas de destacada calidad, entre las cuales se puede señalar dos cruces parroquiales del siglo XVII, además de varias piezas del reconocido orfebre cordobés Damián de Castro, que se fechan entre 1769 y 1777.

La Capilla Bautismal.

A los pies de la nave encontramos la capilla Bautismal donde se halla la impresionante pila bautismal de estilo plateresco fechada en 1529. Está cubierta por una tapa de madera sobre dorada del siglo XVII.

El lugar más importante de la iglesia: la capilla del Sagrario.

El lugar más importante de la iglesia: la capilla del Sagrario

Situada en la nave derecha encontramos la capilla del Sagrario, una de las numerosas capillas que se levantaron en el siglo XVIII. Fue Gaspar Lorenzo de los Cobos quien diseñó desde las trazas de la capilla como las yeserías y el retablo que lo decoran. Las yeserías componen una decoración como Exaltación a la Eucaristía.

La capilla se encuentra presidida por un retablo dividido en dos cuerpos, estructurado mediante columnas salomónicas (el inferior) y mediante un templete (el superior). Son diferentes obras las que encontramos en este retablo de exquisita factura: un Crucificado del s. XVII, varios lienzos de mediados del s. XVIII que representan a los Arcángeles, el Ángel de la Guarda, San Judas y la imposición de la casulla a San Ildefonso.

En el primer tramo del Sagrario se levanta la Capilla de la Virgen del Rosario. Como todo el conjunto del Sagrario es obra de Gaspar Lorenzo de los Cobos, siendo una de las mejoras obras de su carrera artística. La Virgen del Rosario aparece flotando sobre un pedestal de nubes con querubines. Lleva en su mano izquierda al Niño Jesús y en su derecha sostiene el rosario.

La madera convertida en Arte.

En la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción existen dos ejemplos de verdaderas obras de arte en madera: la sillería del coro y el órgano de la iglesia. La sillería se encuentra a los pies de la iglesia y está elaborada en madera de nogal. Se compone de 15 sitiales con respaldos decorados y está datado en la segunda mitad del XVIII.

El órgano fue realizado hacia 1727. Está elevado y aparece dividido en dos cuerpos claramente diferenciados siendo el inferior dedicado al teclado y el segundo cuerpo alberga los tubos del órgano. El conjunto aparece decorado con tonos dorados y verdes sobre fondo rojo.