Piezas Íberas en Montemayor

CARRO IBERO DE MONTEMAYOR

Este impresionante conjunto de piezas arqueológicas fue producto del azar. Más bien de lo que tan de moda se conoce ahora como serendipia (descubrir algo valioso cuando se está buscando otra cosa distinta).

Los arqueólogos del proyecto “Tras las huellas de Julio César” iban buscando, en un proyecto arqueológico que tenía autorización para el uso de detector de metales, restos que indicaran el paso de las legiones romanas por Ulia tras los dos grandes asedios que sufrió la ciudad en el 48 y 45 a.C.

Sobre todo, se estaban encontrando con indicios de instrumentos y armas dejados por la artillería y los ejércitos romanos como glandes de honda hechos en plomo, proyectiles de ballista, tachuelas de sandalias, equipamiento, etc. La sorpresa fue cuando en el llamado Cerro de la Horca, ubicado en las inmediaciones de Montemayor y donde al parecer se ubicó, según las últimas investigaciones arqueológicas, un campamento romano, se encontraron con algo que los dejó sin palabras.

¿Qué descubrieron los arqueólogos?

Se trataba de un conjunto de piezas de hierro y bronce que conformaban todas juntas un carro que puede fecharse en época ibérica. El carro, conformado por cuatro ruedas de hierro (dos grandes de 1,40 m. de diámetro y dos pequeñas de 90 cm.), había sido depositado en un lecho de cantos rodados.

Entre los radios y debajo de las ruedas aparecieron otros elementos del atalaje del carro como elementos de guarnición y unión de cada una de las ruedas, los bocines, pasarriendas, elementos ornamentales del yugo del carro y bocados de dos caballos. Había restos de cenizas, cerámicas y restos fósiles de animales que pueden indicar que se trata de un depósito de carácter votivo que forma parte de algún ritual antiguo.

La joya de la corona del museo

El hallazgo del carro ibero de Montemayor fue nombrado uno de los mejores descubrimientos arqueológicos del año 2018 según la prestigiosa revista National Geographic. El artículo destacaba la singularidad del hallazgo, con 3 o 4 ejemplos conservados en el mundo y ninguno tan completo como el de Montemayor.

El carro ibero de Montemayor joya de la corona del Museo de Ulia. Existe un proyecto de musealización para que en el futuro cercano forme parte de la exposición en la sala nº 4 del museo, donde pueda admirarse tanto el propio carro, como entender el contexto arqueológico donde apareció, paralelismos, etc.

CABEZA DE CABALLO IBERA

La escultura más antigua de las encontradas en Montemayor es esta Cabeza de caballo ibera. Se trata de una pieza de una gran belleza plástica, aunque está muy fragmentada ya que tiene unos 2.500 años de antigüedad.

La pieza procede del Cerro de la Alcoba, lugar donde durante la antigüedad se localizó una necrópolis ibera y, quien sabe, si un santuario. Esto último es debido a que se encontraron varias esculturas de exvotos que en la actualidad custodia el Museo Arqueológico Provincial de Córdoba.

Hace 2.500 años (momento del cual procede la pieza) existía en el mismo cerro que ocupa el actual pueblo de Montemayor un oppidum o asentamiento fortificado en altura. Estos poblados siempre estaban amurallados y normalmente se hacían con piedras de gran tamaño (muros ciclópeos) que exigían de un gran trabajo para su acarreo y construcción.

Un bastión inexpugnable

Eso debieron pensar los atacantes que asediaron la ciudad hasta en dos ocasiones: el 48 y el 45 a.C. en el marco de las Guerras Civiles Romanas, conflicto encabezado por grandes generales romanos como lo fueron Julio César y Cneo Pompeyo Magno.

 Incapaces de penetrar en las defensas de la ciudad, hasta en dos ocasiones fueron repelidos y anulados ambos asedios, con resultados catastróficos para los atacantes. Tras la victoria cesariana, y por haberse puesto del lado del rebelde César, la ciudad gozó de un estatus importante llamándose a partir de ahora Ulia Fidentia.

Para saber más

Artículo “Tras las huellas de Julio César: los campos de batalla cesarianos y el hallazgo de un carro de época ibera” LEER ARTÍCULO